Sunday, September 20, 2009

Eid Mubarak!

En el calendario islámico, el Eid ul-Fitr es el primer día del Shawwal (el décimo mes lunar) y significa por tanto el final del Ramadán y del correspondiente ayuno. Con ocasión del Eid tenemos dos días festivos, así que papá estará en casa hoy y mañana. Pero lo curioso es que, como el inicio del mes lunar no se determina hasta el último momento, el comité de sabios que evalúa la posición de la luna no decretó que el Eid ul-Fitr sería hoy hasta ayer a las 8:30 pm. Por lo tanto, hasta anoche no sabíamos si los festivos serían hoy y mañana, o mañana y pasado.

Estamos disfrutando, pues, de un largo fin de semana de cuatro días. Yo ya estoy recuperándome del descuadre de los días posteriores a la vacuna
y en los que he estado un poco inquieto, sí, pero sobre todo con los horarios bastante alterados. Tanto que mamá, en más de una ocasión ha estado al borde de la desesperación; papá la molesta diciéndole que la vió zarandeándome en un momento en que me preguntaba agobiada qué me pasaba... una broma que hace sufrir a mi mamá, pero que aún si hubiese sido cierto, yo no tengo más remedio que reconocer que me lo merecía.

Después de la semana intensa, mamá fue el viernes de compras mientras yo estaba en casa con papá. No tardó mucho en regresar, pues por lo visto los centros comerciales estaban llenos como nunca: claro, mucha gente compra a última hora todo lo necesario para las celebraciones del Eid, que incluyen vestirse con ropa nueva, regalos para los niños y visitar a familiares y amigos,
y atenderlos ofreciéndoles comida tradicional.

Ayer, después de desayunar, mis papás me sacaron corriendo. Íbamos
cargados con muchas cosas, yo no me había querido terminar el biberón y creo que tenía algo de sueño; todo era raro y en el coche, como protesta por no saber qué ocurría, grité y lloré. Por fin, después de un rato, llegamos a la playa... con que eso era lo que tramaban. Aún era temprano y no hacía mucho calor. La brisa era agradable. Terminé allí mi tetero (e incluso mamá me tuvo que amamantar para completar la dosis), dormí la siesta e hicimos un montón de fotos. Papá, que sí se bañó, me metió los pies en el agua del mar, que estaba de una temperatura muy agradable, pero el baño de verdad me lo reservo para más adelante.

Tuesday, September 15, 2009

Pinchazo

Ayer cumplí dos meses, 14 de septiembre. Hoy tocaba visita al médico y papá, que ha tenido un día muy complicado, no nos ha podido acompañar. Así que fui con mamá: era la primera vez que íbamos únicamente dos en el coche y por tanto la primera vez que iba yo solo en mi silla, sin nadie al lado que me acompañara. Sería el susto de sentirme amarrado sin que nadie me pudiese ayudar a nada lo que me hizo llorar casi todo el trayecto, hasta que por fin ya cerca del consultorio me empecé a dormir. Luego me enteré de que mamá, de impotencia al no poder ver qué me pasaba, estuvo también llorando,probablemente más que yo, mientras conducía.

Vimos al doctor, me examinó y dijo que estoy perfectamente. Peso ya 5.400 gr. y mido 58 cm. La verdad es que empiezo a verme bastante gordo, casi tanto como dicen que estaba papá hace unos meses.

Y después, la sorpresa: una vacuna bebida y un pinchazo en la pierna derecha. ¡Qué dolor! pero después me dieron un jarabe para el dolor y listo, pasé la tarde tranquilo, quizás medio dopado. Me ha costado comer regularmente hoy, pero aparte de eso no he tenido más molestias. Hace un rato sentía calor y creo que me dolía todo; tomé otra dosis de Tylenol con sabor a cereza, comí un poco, y ya estoy listo para ir a dormir.

Monday, September 14, 2009

Pasaportes

Ya tengo pasaportes. Ayer, papá recogió de la Embajada de España en Abu Dhabi mi pasaporte español, que habíamos solicitado hace un par de semanas cuando fuimos con mis abuelos. Este pasaporte tiene validez por dos años y con él ya puedo tramitar mi visado de residencia en E.A.U.

Mi otro pasaporte,
el colombiano, lo obtuve el viernes. La Embajada de Colombia que nos corresponde está en El Cairo, pero este fin de semana funcionaba un consulado móvil en Abu Dhabi, en el hotel Intercontinental. Así que por la tarde, después de comer nos fuimos hasta allá. Había bastante gente, pero ya quedó todo resuelto. En la inscripción del registro civil de Colombia todavía ponen las huellas de los pies y la funcionaria que estaba haciendo los trámites nos regaló una impresión en una hoja: mamá por fin tiene el recuerdo de mis huellas que lleva queriendo grabar desde que nací. Fue un momento muy emotivo, toda la gente estaba pendiente de mí e hicimos bastantes fotos. Una señora que estaba allí, voluntaria que ayudaba a organizar el consulado móvil, nos contó cómo el hecho de dar la posibilidad de inscribir a los niños nacidos en el extranjero es una de las preocupaciones del Gobierno, y que para demostrar la necesidad que hay de dar servicio a los colombianos residentes en el Golfo, enviaría mi foto al Vicepresidente como prueba.

Bien, pues ya he dejado de ser un indocumentado y, a partir de ahora, puedo empezar a viajar por el mundo. ¿Cuál será mi primer destino?

Friday, September 11, 2009

Despedida

La casa se siente vacía, algo falta. Esta mañana me desperté de muy buen humor, sonriéndole a mamá cuando se acercó a cogerme. Pero al poco rato me di cuenta de que todos estaban hoy diferentes, con las miradas tristes. A esta hora mis abuelitos habrán despegado ya desde Doha, de regreso a su casa en Madrid.

Estas últimas dos semanas han sido muy felices. Volví a ver a mi abuelita Pilar, que es capaz de hacerme dormir como nadie, y conocí a mi abuelito Luis Fernando, que además de consentirme, alimentarme, cuidarme y jugar conmigo, ha hecho un montón de cosas en casa para que yo pueda estar más cómodo y contento.

En estas dos semanas todo ha cambiado mucho. Cada vez paso más tiempo despierto; ahora ya disfruto del momento del baño, creo que el secreto es que el agua esté un poco más fresca y, sobre todo, que no esté hambriento y el bañarme implique retrasar la comida... más aún ahora que he aumentado mi dosis y estoy comiendo mucho más. Y eso, por supuesto, se nota: he ganado peso y me he estirado. Lo noto, por ejemplo, en que cuando papá me coge en volandas, ya no quepo entero en su brazo; también en los pijamas que hace poco compró mi mamá y le parecieron enormes, pero que ahora, pocos días después, me quedan ya justos.

Por la noche ya duermo con la luz apagada y he descubierto nuevos lugares donde hacer mis siestas, incluyendo el sofá del salón del cual he desplazado a mis papás, que tendrán por fin que comprar otro. También ha cambiado la casa: mamá ha preparado su entorno de trabajo, y yo tengo también ya mi propio rincón, con cama grande, con repisa propia y con todos mis juguetes y adornos a mano.

Pero sobre todo me empiezo a dar cuenta de lo que ocurre en mi entorno y empiezo a reconocer las cosas y a la gente. Y me estoy dando cuenta de que hay muchos que me quieren y que están pendientes de mí. Apenas voy a cumplir dos meses y ya he tenido que pasar varias veces por el trago de despedir a mi familia. Son momentos amargos, pues la distancia hace dificil el poder vernos con la frecuencia que querríamos. Pero, así mismo, son oportunidades de demostrarnos cuánto nos queremos y de proponernos hacer esfuerzos para mantenernos unidos y compartir, de un modo u otro, los pequeños instantes de nuestras vidas.

Saturday, September 5, 2009

De estrenos

Esta mañana bajamos por primera vez a la piscina. Yo todavía no puedo bañarme -el doctor me indicó que esperara hasta los cuatro meses- pero sí tomar el sol. Hoy estrené mi traje de baño y mi gorra, y disfruté mucho de la brisa, de las palmeras y de un cielo azul que no habíamos visto en Dubai probablemente desde que yo nací.

Pero la verdadera sorpresa llegó tras la comida. Por lo visto, hace unos días, en una de mis salidas con mamá y mis abuelitos, ellos me compraron un regalo. Hoy vinieron a casa dos señores muy amables que armaron una cama de madera maciza, muy bonita y que me va a durar, sin duda, muchos años.

Por la tarde mamá se fue con mi abuelita a comprar sábanas y algunas otras cosas. Papá y yo, mientras, nos quedamos con mi abuelito: él me dio de comer, ayudó a cambiarme el pañal y a darme un buen baño - hoy hasta la esponja era nueva.

Y, ya con todo listo, es hora de ir a dormir en mi nueva cuna. Que yo en pocas semanas quede ya estrecho en mi moisés y que empiece a usar una cama grande -y aunque dentro de ella me veo muy pequeñito- me hace dar cuenta de lo rápido que pasa el tiempo y de que, poco a poco, me voy haciendo mayor.

Friday, September 4, 2009

Siete semanas (y pico)

Ya he cumplido siete semanas y pico, y ésta última ha sido muy intensa. Desde que el pasado miércoles llegaron mis abuelitos, hemos estado muy entretenidos.

La semana pasada fuimos a cenar a casa de Carolina y Charbel: la cena era comida libanesa, exquisita; mientras yo dormía, comieron todos una barbaridad y mi abuelita incluso se tomó alguna copa de vino de más. Estuvimos muy bien y ahora estamos a la espera de que nazca Nicolas, a quien ya tengo muchas ganas de conocer.

El viernes, mis papás fueron a cenar con Paula y Paul. Por primera vez me dejaban en casa, aunque eso sí, muy bien acompañado y cuidado por mis abuelitos, que se apañan bastante bien después de varias semanas de práctica con mis primos Carol y Santi en Madrid.

El sábado por la tarde, mamá -que ha estado muy activa estos días- fue al shower que habían organizado para Nicolas en casa de sus abuelos. Yo, mientras, estuve en casa con papá y mis abuelos.

Por la mañana habíamos ido a ver a un nuevo pediatra, el doctor MAC, que tiene un consultorio muy bonito en Umm Suqeim: en el centro de la sala hay una pecera grande con muchos peces naranja y de otros colores. Me examinó a fondo y me encontró en muy buen estado: parece que estoy evolucionando perfectamente y entonces ya pesaba casi 5 Kg.

El domingo por la tarde fui con mamá y mis abuelitos de compras. Los pobres no tenían ni idea de cómo armar mi carrito ni de cómo desenganchar la silla del coche... para el próximo que me vaya a llevar de paseo, un aviso: espero que practique antes, para que no me dejen a mi aburrido, esperando.

Y como si no hubiese tenido aún suficiente durante esos días, el lunes fuimos a Abu Dhabi: siendo Ramadán, no hay muchos lugares donde comer durante el día. Mis abuelitos nos invitaron a comer en un exquisito buffet en el Hilton y, antes de regresar a Dubai, yo también quería comer. Los baños eran muy estrechos, así que tuve que cambiarme en la mitad del pasillo en un sofá, eso sí, muy cómodo. De vuelta al coche, esta vez, el torpe fue mi papá, que me sentó en mi silla después de haber estado expuesta al sol durante algo más de una hora. Por supuesto, estaba hirviendo y después de unos pocos minutos empecé a sudar una barbaridad y me tuvieron que quitar de ahí mientras se refrescaba. ¡Ay! papá, papá...

Antes, por la mañana, estuvimos en la Embajada de España -el verdadero motivo del viaje- inscribiendo mi nacimiento en el Registro Civil y solicitando mi pasaporte, que lo necesito pronto para tramitar mi visado de residencia y para poder empezar a viajar por el mundo. Muy divertido fue que, mientras mi abuelita me daba el biberón y mis papás llenaban cantidades de formularios, mi abuelito estaba leyendo en La Codorniz (una vieja revista de humor española) unas caricaturas de hace décadas y encontró una muy oportuna sobre la eficiencia de un funcionario en la oficina de pasaportes. Lo hemos comprobado: treinta o cuarenta años después, España sigue siendo así...