Sunday, December 20, 2009

Regreso a Dubai: 5 meses

De regreso a casa hicimos una pequeña escala en Madrid, en casa de mis abuelos Pilar y Luis Fernando. Era ya prácticamente invierno, así que notaba algo menos de luz, pero en esa casa lo que echaba de menos, y que no había reparado del todo en Bogotá, era a Manolo, el perro tan querido por mis abuelos y al que yo desplacé durante unas semanas ocupando su territorio y acaparando toda la atención; a pesar de ello, se portó especialmente bien conmigo, observándome, siguiéndome, pero siempre manteniendo una prudente distancia. Realmente, como dicen mis abuelos, debe ser un perro muy inteligente.

En Madrid fueron pocos días, pero muy intensos. Recibí más visitas, entre otras la de los tíos “gamanes” (Sergio, Jaime y Jorge, con sus mujeres) que vinieron desde Barcelona y Valencia sólo para conocerme... y meterse unas buenas comilonas. Dicen que también fue a Madrid el tío Yeti, pero que su impredecible salud lo obligó a volver a Alicante antes de poder verlo. Todavía no sé lo que significa eso de Gamanes, pero sé que yo también soy “un gamancito” y que hay dos más que vienen en camino, los mellizos (ojalá mellizas) de Cristina y Jorge.


El último día,gracias a la casualidad, conocí a la prima Angela que iba de camino a Popayán con Álvaro y sus hijos, Nicolás y Natalia, quienes viven en Guinea Ecuatorial.


Se acababan las vacaciones: el viaje de regreso fue algo aburrido, pasamos el día entero en el avión y ya son demasiados vuelos en tan poco tiempo. Aunque logré dormir profundamente, los momentos en los que estuve despierto no pude estar tranquilo, así que fue (y fui) un poco pesado. Finalmente aterrizamos en Dubai, después de un último vuelo lleno de argentinos que venían hasta aquí, según contaban algunos incluso endeudándose hasta las cejas, sólo por ver un par de partidos de fútbol...


Cuando llegamos a casa, tenía unas sensaciones extrañas, después de 5 semanas fuera. Tumbado en la cama de mis papás, miraba para todas partes intentando reconocer los cuadros y todos los objetos a mi alrededor... ¡Creo que ya no lo recordaba!


Los días siguientes fueron algo confusos, sobretodo los momentos en que sentía sueño pero aún no era la hora de dormir, o cuando quería jugar pero estaba completamente oscuro. Poco a poco, sin mucha prisa, me fui acostumbrando al horario del desierto, hasta que conseguí dormir de noche y estar despierto durante el día. Quien sufrió más, de cualquier modo, fue mamá, a quien por mis horarios le costó mucho más trabajo adaptarse y superar el jet lag.


Ahora he cumplido mi quinto mes y he tenido visita al Doctor MAC: otra vez me puso una vacuna, y esta vez no grité con el pinchazo, sino cuando entró aquel líquido espeso en mi pierna. Además, constató lo que todos notaban y sobre todo mi abuelita Isabel insistía: he crecido una barbaridad durante este mes, más o menos 5 cm y 1 Kg.


El Doctor MAC sugirió que ya podría empezar a comer poco a poco y que debería empezar por las frutas. Al día siguiente papá y mamá, cámara en mano, registraron el momento de mi primera merienda de compota de manzana. Me gustó muchísimo y para sorpresa de mis padres pude comer con cuchara sin untarme demasiado: Pero, como la ocasión requería de la foto con mi cara llena de manzana, a mamá se le derramó algo en mis mejillas y dispararon hasta conseguir la foto perfecta.

Wednesday, December 9, 2009

Colombia: Los 90 de la abuelita y mi bautizo

Las vacaciones en Colombia fueron estupendas. Durante el mes que pasamos allí, engordé un Kg. y crecí 5 cm. Ya paso muchas más horas despierto durante el día. He descubierto que además de jugar con mis muñecos también lo puedo hacer con mis pies: me encanta metérmelos a la boca, ¡aunque a veces los calcetines no me dejan morderlos! También empiezo a ser un poco más ágil: ya he descubierto que puedo darme la vuelta, aunque no tengo del todo controlada la técnica y a veces se me enreda el brazo.

En Bogotá conocí a mucha gente: tíos, primos, amigos, vecinos, en fin... Todos fueron muy amables y me regalaron muchas cosas lindas. Gracias a todos por ser tan especiales conmigo.

El primer fin de semana que estuvo papá con nosotros fue la celebración del 90 cumpleaños de mi bisabuelita Isabel. Estuvimos en el Sisga, en la casa de mis tíos Beatriz y Donald. Fue una fiesta preciosa, con toda la familia Guzmán. Y como yo era el único de los bisnietos presente, le robé parte del protagonismo a la abuelita. Mis papás, mis abuelos y mis tíos maternos y paternos sembraron un árbol en mi nombre y otros en nombre de mis primos Carolina y Santiago; es un cedro que seguro tardará mucho en crecer, pero espero ir a visitar cada vez que vaya de vacaciones a Colombia, probablemente con José María, el hijo de Alvarito y Erika que está a punto de nacer y que, cómo no, también tiene su árbol.

El otro gran acontecimiento en Bogotá fue mi Bautizo, el 30 de noviembre a las 12 del día en la Iglesia de Santa Clara. Estuve toda la misa despierto, sonriendo y jugando, incluso el sacerdote que ofició lo notó y varias veces mencionó mi nombre. Después de la misa me llevaron a una pila en la que estaban mis padrinos Otto y Lula, mi bisabuela y mis papás. El padre hablaba de mí y varias veces puso su mano en mi frente, en mi pecho y en mi cabeza; me echaron agua pura de río Jordán y aceite de oliva virgen de Belén, ambos regalo de mi amigo Nicolás, como recordatorio de su propio bautizo en El Líbano.

Después de la ceremonia fuimos a almorzar casa de mis abuelos, todo exquisitamente preparado por mi tía Lula. Al día siguiente revivimos la misa, pues casualmente la habían grabado para emitirla por televisión. Tres veces la transmitieron, y tres veces estaban mi abuela y mi mamá pegadas al televisor.

Colombia me ha gustado mucho, intentaré volver cada vez que pueda a pasar mis vacaciones y mantener un fuerte vínculo. Una vez más gracias a mis abuelitos por su cariño, a mi tía Andalucía por dormir conmigo cada noche y despertarse para darme de comer, a mis tíos Romi y Otto por haber ido desde Argentina a conocerme, a mi bisabuela por sus mimos y a todos los demás tíos, primos y amigos por hacerme sentir feliz.