Hace ya más de una semana que salimos de casa, esta vez llegamos a Madrid mi mamá y yo. Nos recibieron mis abuelos y tíos con regalos y con la casa decorada con globos para seguir celebrando mi primer cumpleaños. En Madrid me sentí algo inquieto; aunque hacía solo un mes que había estado allí, no quería sepárame de mamá ni un solo instante. Quizás porque presentía que nuestro viaje no acababa allí... Efectivamente, 4 días después volvimos al aeropuerto, esta vez rumbo a Bogotá.
Fue un largo viaje de 10 horas en el que, por cierto, me porté muy muy bien gracias a unas gotitas mágicas que me recetó el Dr. MAC. Afortunadamente en el avión nos sentamos junto a Mateo, que tiene un par de años más que yo, y con quien nos divertimos mucho viendo pelis y jugando con los juguetes que ambos habíamos llevado para pasar el tiempo en el vuelo. Al llegar a Bogotá nos esperaban mis abuelos y mi tío Otto. Fue la primera vez que tuve una sensación extraña en mi cuerpo: el frio. Inmediatamente mi abuelita Gissel me envolvió en una manta que desde ese día ha sido mi fiel compañera en las noches.
El 20 de julio celebramos en Colombia el bicentenario de la independencia (de España, evidentemente). Mi mamá y yo todavía teníamos jet lag y, claro, nos levantamos muy temprano y así pudimos ver pasar los aviones por el cielo de Bogotá.
Mis primeros días en Colombia fueron de exploración: la casa de mi abuelita no está preparada para que yo juegue con tranquilidad, entonces siempre tengo a alguien a mi lado para evitar que me tropiece con algo, pero es muy divertido bajar y subir escaleras y correr detrás de Manolo que, por cierto, no me hace nada de caso; debe ser porque ya está viejo y
no le apetece jugar.
He tenido muchas visitas especiales: mi bisabuela Isabelita ha estado muy pendiente de mí, hasta ha contemplado mis siestas… mis tías Cris, a la que mordí muy fuerte y Beatriz. También han estado conmigo mis tíos Lalo y Mónica, Socorro y mis primas Mona, Joha y Diana. Les encanta jugar conmigo y llevarme de paseo. No sé cuánto van a durar nuestras vacaciones, pero me encanta sentir a tantas personas pendientes de mí y dispuestas a llevarme de paseo, a jugar conmigo y a consentirme mucho.
Echaba de menos a alguien que siempre me ha cuidado mucho, mi tía Lula, que por fin apareció ayer y ¡la reconocí desde el principio!
También me he dado cuenta que mi tía Mónica y mi abuela han estado envolviendo regalos, haciendo lazos de cintas de colores, inflando globos, decorando canastas con galletas y caramelos, etc. Tengo la sospecha de que me preparan otra fiesta… Yeah!
Saturday, July 24, 2010
Emilio 1 - Colombia 200 (años)
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Wednesday, July 14, 2010
Cumpleaños #1
Hoy he cumplido un año. Para celebrarlo he venido a Madrid y he invitado a mis abuelos a cenar en La Vaca Argentina... todavía no me han dejado comer chorizo, pero la próxima vez no me pienso ir sin probarlo.
Llegué a Madrid esta mañana con mamá, después de un buen vuelo durante el que dormí prácticamente todo el tiempo, salvo un rato al despegue, pues mamá me tuvo que despertar para acomodarme y yo por un momento no supe dónde estaba ni qué estaba pasando.
Con mis amigos en Dubai celebré mi cumpleaños el domingo. Mamá organizó una fiesta muy divertida en casa, con decoración que mandó mi abuelita desde Bogotá. El pastel era muy grande y lleno de muñecos. Nicolás y Luciana me prestaron un montón de juguetes y Austin trajo unos pasteles deliciosos. La casa estaba llena de globos y de colchonetas para que pudiéramos jugar y divertirnos. Papá ha publicado algunas fotos en mi página web, la que me está ayudando a hacer mi tío Pipe.
La tarde fue larga, estuvimos jugando hasta muy tarde y después caí rendido a dormir hasta la mañana siguiente, cuando nos despertamos con la noticia de que España ganó el mundial de fútbol en un partido aburridísimo. Menos mal nos fuimos a dormir.
Y el lunes, en medio de los preparativos del viaje, tuve visita al Dr. MAC. Me dijo que todo está bien; estoy pesando 9,52 Kg y midiendo 76 cm. Me puso dos vacunas; el primer pinchazo me dolió mucho y, después de haber entrado por mi propio pie en el consultorio, tuve que salir en brazos de mamá.
Ahora, tengo unos pocos días para disfrutar de Madrid, antes de otro largo vuelo para ir a ver a toda la familia en Bogotá. Tengo especial ilusión por conocer a mis primos José María, Silvia, Andrew y, sobre todo, Matthew, que nació el mismo día que yo.
Llegué a Madrid esta mañana con mamá, después de un buen vuelo durante el que dormí prácticamente todo el tiempo, salvo un rato al despegue, pues mamá me tuvo que despertar para acomodarme y yo por un momento no supe dónde estaba ni qué estaba pasando.

La tarde fue larga, estuvimos jugando hasta muy tarde y después caí rendido a dormir hasta la mañana siguiente, cuando nos despertamos con la noticia de que España ganó el mundial de fútbol en un partido aburridísimo. Menos mal nos fuimos a dormir.
Y el lunes, en medio de los preparativos del viaje, tuve visita al Dr. MAC. Me dijo que todo está bien; estoy pesando 9,52 Kg y midiendo 76 cm. Me puso dos vacunas; el primer pinchazo me dolió mucho y, después de haber entrado por mi propio pie en el consultorio, tuve que salir en brazos de mamá.
Ahora, tengo unos pocos días para disfrutar de Madrid, antes de otro largo vuelo para ir a ver a toda la familia en Bogotá. Tengo especial ilusión por conocer a mis primos José María, Silvia, Andrew y, sobre todo, Matthew, que nació el mismo día que yo.
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Sunday, July 4, 2010
Clase de natación
Este fin de semana tuve mi primera clase de natación. Aunque desde hace tiempo que disfruto de los baños en la piscina con mis papás, nunca había tenido una clase formal.
El viernes por la mañana fuimos temprano a la casa de Nicolás y allí nos encontramos con la profesora. Según dice, lo primero que hay que conseguir -y lo que tiene sentido a nuestra edad- es que le perdamos el miedo al agua (que, diría yo, no le tenemos ningún temor) y sobre todo que instintivamente adoptemos medidas de supervivencia en caso de que sea necesario; o sea, ser capaces de flotar boca arriba o de agarrarse del borde de la piscina.
Hicimos varios ejercicios en la piscina, para acostumbrarnos al agua en la cara y evitar tragar o, peor aún, respirar agua; luego empezamos a patalear boca abajo de un lado a lado, y este ejercicio resultó mucho más duro para papá, que acabó con los brazos destrozados, que para mí.
Por último, y para ir adoptando la posición de flotamiento boca arriba, hicimos un ejercicio en el que papá tenía que cogerme de la cabeza con las dos manos. Me encontré muy incómodo y adolorido, pero todo parece tener una explicación en la dentición, pues hace que la zona de la mandíbula y los oídos estén mucho más sensibles.
Supongo que la próxima semana tendremos una sesión más... después, ¡a practicar durante las vacaciones!
El viernes por la mañana fuimos temprano a la casa de Nicolás y allí nos encontramos con la profesora. Según dice, lo primero que hay que conseguir -y lo que tiene sentido a nuestra edad- es que le perdamos el miedo al agua (que, diría yo, no le tenemos ningún temor) y sobre todo que instintivamente adoptemos medidas de supervivencia en caso de que sea necesario; o sea, ser capaces de flotar boca arriba o de agarrarse del borde de la piscina.
Hicimos varios ejercicios en la piscina, para acostumbrarnos al agua en la cara y evitar tragar o, peor aún, respirar agua; luego empezamos a patalear boca abajo de un lado a lado, y este ejercicio resultó mucho más duro para papá, que acabó con los brazos destrozados, que para mí.
Por último, y para ir adoptando la posición de flotamiento boca arriba, hicimos un ejercicio en el que papá tenía que cogerme de la cabeza con las dos manos. Me encontré muy incómodo y adolorido, pero todo parece tener una explicación en la dentición, pues hace que la zona de la mandíbula y los oídos estén mucho más sensibles.
Supongo que la próxima semana tendremos una sesión más... después, ¡a practicar durante las vacaciones!
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