Saturday, July 24, 2010

Emilio 1 - Colombia 200 (años)

Hace ya más de una semana que salimos de casa, esta vez llegamos a Madrid mi mamá y yo. Nos recibieron mis abuelos y tíos con regalos y con la casa decorada con globos para seguir celebrando mi primer cumpleaños. En Madrid me sentí algo inquieto; aunque hacía solo un mes que había estado allí, no quería sepárame de mamá ni un solo instante. Quizás porque presentía que nuestro viaje no acababa allí... Efectivamente, 4 días después volvimos al aeropuerto, esta vez rumbo a Bogotá.

Fue un largo viaje de 10 horas en el que, por cierto, me porté muy muy bien
gracias a unas gotitas mágicas que me recetó el Dr. MAC. Afortunadamente en el avión nos sentamos junto a Mateo, que tiene un par de años más que yo, y con quien nos divertimos mucho viendo pelis y jugando con los juguetes que ambos habíamos llevado para pasar el tiempo en el vuelo. Al llegar a Bogotá nos esperaban mis abuelos y mi tío Otto. Fue la primera vez que tuve una sensación extraña en mi cuerpo: el frio. Inmediatamente mi abuelita Gissel me envolvió en una manta que desde ese día ha sido mi fiel compañera en las noches.

El 20 de julio celebramos en Colombia el bicentenario de la independencia
(de España, evidentemente). Mi mamá y yo todavía teníamos jet lag y, claro, nos levantamos muy temprano y así pudimos ver pasar los aviones por el cielo de Bogotá.

Mis primeros días en Colombia fueron de exploración: la casa de mi
abuelita no está preparada para que yo juegue con tranquilidad, entonces siempre tengo a alguien a mi lado para evitar que me tropiece con algo, pero es muy divertido bajar y subir escaleras y correr detrás de Manolo que, por cierto, no me hace nada de caso; debe ser porque ya está viejo y
no le apetece jugar.

He tenido muchas visitas especiales: mi bisabuela Isabelita ha estado muy
pendiente de mí, hasta ha contemplado mis siestas… mis tías Cris, a la que mordí muy fuerte y Beatriz. También han estado conmigo mis tíos Lalo y Mónica, Socorro y mis primas Mona, Joha y Diana. Les encanta jugar conmigo y llevarme de paseo. No sé cuánto van a durar nuestras vacaciones, pero me encanta sentir a tantas personas pendientes de mí y dispuestas a llevarme de paseo, a jugar conmigo y a consentirme mucho.

Echaba de menos a alguien que siempre me ha cuidado mucho, mi tía Lula,
que por fin apareció ayer y ¡la reconocí desde el principio!

También me he dado cuenta que mi tía Mónica y mi abuela han estado
envolviendo regalos, haciendo lazos de cintas de colores, inflando globos, decorando canastas con galletas y caramelos, etc. Tengo la sospecha de que me preparan otra fiesta… Yeah!

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