La otra parte del tour era un paseo en barco por los canales de la ciudad. Fuimos al muelle donde cogimos un barco largo, estrecho, con un motor enorme que hace mucho ruido. Un barco parecido al que cogieron mis papás para ir al mercado flotante, pero mucho más largo. Durante el trayecto se ven casas de locales de todos los tamaños y formas, ricas y pobres... incluso había algunas señoras en pequeñas canoas vendiendo comida a los barcos más grandes. A mitad de camino el sueño me venció y dormí el resto del tiempo e incluso después en mi cuna al volver a casa. Pero antes de regresar paramos en el Wat Arun, el "templo del amanecer", que queda enfrente al Wat Pho y el Gran Palacio, al otro lado del río.
Por la noche fuimos a cenar, por fin, al Zalute (el restaurante enfrente de la juguetería): fue una cena también exquisita (aunque yo, igual que todos estos días, no quise probar casi nada). Me quedé al postre solo con mis abuelitos, pues mis papás se fueron al terminar el plato a hacerse un masaje tailandés de 2 horas. Nos volvimos a encontrar en casa y regresaron con una cara de relajación que, supongo, quiere decir que el masaje realmente sirivió.
Ayer, jueves, lo primero que hicimos fue volver a Plan Toys a terminar de escoger y comprar unos cuantos juguetes: todos me encantaron y disfruté mucho en la tienda jugando con todo mientras mis papás y abuelitos miraban y miraban las estanterías. Después, volvimos a Siam Paragon a hacer unas pocas compras más, y por la noche me volví a quedar solo con mis abuelitos mientras mis papás se fueron a cenar y a escuchar jazz. Yo me fui a dormir antes de que regresaran; no fue tan tarde y hoy todos nos hemos levantado un poco más temprano para aprovechar el poco tiempo que nos queda aún en Bangkok.