Para mí, el primer día del año nuevo ha empezado como cualquier día normal: me desperté alrededor de las 7 am, desayunamos, jugamos con todos mis juguetes -incluido el iPad- hasta la hora de comer, para después hacer una buena siesta. Por la tarde fuimos un rato a casa de Sam por su primer cumpleaños.
La "celebración" de la llegada del año fue prácticamente como un día normal. Después de la trasnochada en nochebuena, cuando no me podía dormir y al final estuve varios días con los horarios desajustados, decidimos que lo mejor era quedarnos en casa y pasar la noche en familia. Yo me fui a dormir un poco más tarde de las 9 pm y, después, mis papás cenaron y se bebieron una botella de buen vino. A media noche se alcanzaron a ver desde el balcón los fuegos artificiales de la Palmera y los del Burj Al Arab, y un rato después ya ellos también estaban dormidos profundamente.
Pero para que no fuera un simple día normal, ya habíamos ido a almorzar, a modo de celebración adelantada, con Violeta, Roberto y los niños, y Kapi y sus hijos. Comimos en JBR... o, mejor dicho, comieron, porque yo estuve durmiendo prácticamente todo el tiempo. Estuvo muy divertido, y después mientras paseábamos incluso monté en la bicicleta de Roberto.
A ver qué haremos para la próxima vez... probablemente yo esté todavía muy pequeño, no para aguantar, pero sí para disfrutar una noche larga y con frío... así que si tuviera que apostar, diría que vamos a repetir en casa.
Por ahora, ¡mis papás y yo les deseamos un muy feliz 2011! y esperamos este año poder ver a muchos amigos alrededor del mundo.
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