Me han dicho mis padres que hoy llega desde España una visita muy especial. No sé si será por la emoción de la espera, pero después de haber estado ayer muy tranquilo, hoy he pasado el día dándole mucho trabajo a mi mamá. La pobre, desesperada, ya no sabía qué hacer mientras yo no dormía y no paraba de llorar. Tanto que cuando papá llegó de trabajar la encontró prácticamente con lágrimas en las mejillas.
Un poco más tarde ya me tranquilicé. Tomé un baño largo y, aunque grité un poco al principio, hoy por primera vez no lloré mientras me bañaban. De hecho, tengo que reconocer que por fin disfruté de ese momento.
Ahora, ya limpio, fresco y después de cenar, me voy a dormir. Nos quedaremos con mamá en casa esperando mientras, en un rato, papá irá al aeropuerto a recibir la tan anhelada visita.
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