Se acabaron las vacaciones de papá. Tuvo que volver al trabajo el domingo; aquí el fin de semana es viernes y sábado. Al principio parece raro el tener que trabajar los domingos, pero uno se acostumbra enseguida.
El domingo fue solo un rato a la oficina y luego a una reunión, pero ayer papá se fue antes de que me hubiese levantado y por la noche tuvo que ir a una cena, así que llegó cuando yo ya me había acostado a dormir. Pasar un día entero sin verlo fue raro; voy a echar de menos pasar más tiempo a su lado, y estoy seguro de que él también estará pensando en mí en todo momento.
Así, poco a poco vamos volviendo a la rutina; mejor dicho, mis papás vuelven a la rutina y yo la voy descubriendo. Estos han sido días tranquilos, hemos estado en casa con mamá y con mi tía, que ya casi tiene que volver a Bogotá... ya estamos empezando a sentir pena por que ella se tenga que ir, y a imaginarnos cómo nos vamos a organizar los tres solos.
Hoy ha sido un día normal, pero para mí es especial porque cumplo tres semanas de vida. Ya sé que no es mucho, pero yo empiezo a notar cómo estoy creciendo -incluso alguna de la ropa que he estado usando hasta ahora empiezo a sentirla algo ajustada- y para celebrar la ocasión he pasado el día haciendo lo que más disfruto: pasar el día al lado de mamá y comer un montón.
No comments:
Post a Comment