Sunday, March 14, 2010

Ocho meses: playa, turismo, amiguitas

Un mes más: hoy hace ya ocho meses que nací. El tiempo pasa muy rápido y echando la vista atrás impresiona el ritmo al que progresamos los bebés. Ya me levanto con facilidad, me aguanto en pie e incluso empiezo a dar tímidamente algún paso agarrado de la mesa. Aún espero que me salgan mis primeros dientes, que llevan ya semanas amenazando: me duelen mucho las encías y estoy babosísimo.

Ayer decidimos ir a dar un paseo, aprovechando el buen clima y antes de que haga demasiado calor. Al final de la tarde estuvimos visitando el centro de Dubai: caminamos por Bastakiya, un pequeño barrio restaurado al estilo de las antiguas construcciones locales, recorrimos el souk textil y por último vimos el atardecer en el Creek, donde había un montón de gente cruzando el canal en unos barquitos pequeños que en árabe se llaman abras.

Antes, fuimos a almorzar a Ajman, un pequeño Emirato al norte. Dice mamá que allí ya estuvimos hace exactamente un año con el tío Otto, cuando yo tenía 5 meses en su barriga (la de mi mamá, obviamente). Desde la terraza en la que almorzamos, mientras papá dormía la siesta, con mamá estuvimos mirando hacia el jardín y disfruté mucho escuchando el canto de los pájaros y viéndolos venir a jugar entre las flores. Después bajamos a caminar en la playa; ya en septiembre, en Eid, estuvimos un rato en la playa de Dubai, pero hoy estuve por primera vez jugando con la arena. Había marea baja, así que la playa era ancha y tenía un gran trozo de arena húmeda, muy divertida. Después metimos los pies en el agua con papá... apenas me dejaron chapotear un poco, supongo que porque no teníamos ropa de baño. Espero que pronto volvamos al mar, pero preparados para darnos un buen baño y revolcarnos en la arena.

Una anécdota más del día: mientras almorzábamos, dos muchachas que estaban a un par de mesas de nosotros no dejaban de mirarme. Estuvimos sonriéndonos hasta que por fin una de ellas, que se cubría con un pañuelo, se acercó hasta nosotros y me llevó, con silla y todo, a su mesa. Estuve jugando y conversando largo rato con ellas, mientras mis papás terminaban de comer.

No es la primera vez que hago amigas tan fácil. El jueves salimos a cenar con amigos de papá del trabajo en Madinat Jumeirah y mientras ellos hablaban de sus cosas, dos niñas también me hacían guiños. Una de ellas se levantó, me cargó, estuvimos jugando y hasta se hicieron fotos conmigo. Resultaron ser dos chicas saudíes, estudiantes de Riad, que estaban en Dubai en un congreso de odontología. Estaban completamente cubiertas con sus abayas y a punto estuve de arrancársela a una de ellas; creo que es la primera vez que tengo un contacto tan cercano con gente de la región.

Pues sí, creo que les gusto a las mujeres, de todas las edades. Frecuentemente me paran por la calle para acariciarme y jugarme... Papá no puede ocultar un cierto orgullo y dice que espera que cuando yo crezca mantenga ese encanto y pueda seguir engatusando a las mujeres con tanta facilidad y éxito. Eso espero yo también.

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