Ayer me desperté muy activo y con mucha hambre. Mientras mamá me daba el desayuno, yo comía desaforadamente... dice ella que como ha visto hacer a mi papá tantas veces. El hecho es que comí tan rápido que me atraganté, empecé a toser, y por primera vez no pude aguantar y vomité una buena parte de la comida que acababa de recibir.
Esta no fue una experiencia agradable, me quedé con una sensación extraña y durante un buen rato estuve medio atontado, mirando asustado alrededor, sin siquiera hacer un sólo ruido. Espero poder controlarme y comer más pausadamente, para evitar provocar otra vez el desastre que se organizó ayer.
Después me vistieron y nos fuimos al Dubai Mall, pues mamá quería ver muebles para mi habitación... estoy creciendo tan rápido que ella cree que dentro de no mucho tiempo ya no voy a caber en mi cuna. Después de algunas compras, por fin me dieron de comer y luego mi tía Ana Lucía nos invitó a todos a almorzar. Ella se pidió un croque-monsieur sin percatarse de que, como estamos en un país musulmán, en la mayoría de los lugares no sirven cerdo y por tanto estaba preparado con jamón de vaca.
Por la tarde, todos algo cansados, volvimos a casa. Papá iba a una cena con gente de la universidad y, como tenía que salir temprano de casa, aprovecharon cuando me desperté alrededor de las 6 pm para bañarme. Yo todavía no tengo conciencia del tiempo... pero claro, siempre me he bañado mucho más tarde, justo antes de irnos todos a dormir. Supongo que el baño tan temprano me despistó, así que después dormí más largo de lo habitual, algo así como hasta la media noche. Claro, me desperté confundido; cuando llegó papá, mi mamá se estaba quedando dormida mientras me daba de comer. Estuvimos mucho tiempo, los tres adormecidos; yo lloraba, tenía hambre pero no podía comer y mis papás no sabían ya que hacer.
No pasamos, pues, la mejor de las noches... hoy todavía he estado un poco despistado y comiendo algo más irregular. Por la tarde mamá y mi tía salieron; nos quedamos solos con papá, le pedí de comer y, después de jugar un rato, por fin me pude dormir.
Ahora ya es hora de cenar, espero haber recuperado ya el ritmo y que hoy pasemos una mejor noche.
Friday, July 31, 2009
Una nueva experiencia, no muy agradable
Wednesday, July 29, 2009
Celebrando mis dos semanas de vida
Ayer, para celebrar mis dos semanas de vida, salimos a cenar por la noche a Souk al Bahar. Hacía una noche muy agradable y pude ver por fin de cerca el Burj Dubai, que dicen es el edificio más alto del mundo. Cenamos en un restaurante japonés, Momotaro -una leyenda japonesa de un niño que viene al mundo en un melocotón y que es encontrado por una mujer que no había podido tener hijos-, con Paula y Paul de Montmorin. Ellos tienen dos hijas a las que espero conocer al terminar el verano.
De regreso a casa me encontré mucho más cómodo en mi silla del coche, pude dormir plácidamente todo el camino y pasé a mi cama sin apenas inmutarme. Dormí bien toda la noche.
Hoy me he dado cuenta de que echo de menos a mi abuelita, pero me han dicho que pronto va a volver a verme. Cuando vengan, seguramente noten que he crecido mucho, pues sigo comiendo un montón. Ahora que ya tengo dos semanas, me han empezado a dar biberones de 90 ml. Aún así, los bebo enteros y muchas veces le sigo pidiendo a mi mamá que me dé algo más para saciar mi hambre. Mi pobre madre está agotada, pasa mucho tiempo alimentándome y está cansada y adolorida.
De regreso a casa me encontré mucho más cómodo en mi silla del coche, pude dormir plácidamente todo el camino y pasé a mi cama sin apenas inmutarme. Dormí bien toda la noche.
Hoy me he dado cuenta de que echo de menos a mi abuelita, pero me han dicho que pronto va a volver a verme. Cuando vengan, seguramente noten que he crecido mucho, pues sigo comiendo un montón. Ahora que ya tengo dos semanas, me han empezado a dar biberones de 90 ml. Aún así, los bebo enteros y muchas veces le sigo pidiendo a mi mamá que me dé algo más para saciar mi hambre. Mi pobre madre está agotada, pasa mucho tiempo alimentándome y está cansada y adolorida.
Sunday, July 26, 2009
Despidiendo a mi abuelita
Mañana por la mañana mi abuelita Pilar tiene que volver a Madrid. Estoy muy feliz de que haya podido venir a verme nacer, además durante estas dos semanas ha sido un gran apoyo para mis papás. Y conmgio, qué puedo decir, el amor que me ha demostrado y el cariño que me ha dado es inmenso.
Esta mañana me quedé en casa con mi abuelita y mi tía, mientras papá y mamá fueron de nuevo a ver a la doctora Leila. Mamá se encuentra muy bien, está evolucionando muy rápidamente, pero la doctora todavía le ha pedido que mantenga reposo, que salga poco y a lugares poco concurridos.
Así, nos fuimos a almorzar al restaurante italiano del Marriott, donde comieron muy bien. Yo mientras tanto dormí muy a gusto. Por la noche, antes de irme a la cama, me he vuelto a dar un baño. Creo que papá ya es capaz de cogerme mejor y yo tengo un poco menos de miedo, así que ya no lloro tanto y lo podemos hacer todo mucho más rápido.
Esta mañana me quedé en casa con mi abuelita y mi tía, mientras papá y mamá fueron de nuevo a ver a la doctora Leila. Mamá se encuentra muy bien, está evolucionando muy rápidamente, pero la doctora todavía le ha pedido que mantenga reposo, que salga poco y a lugares poco concurridos.
Así, nos fuimos a almorzar al restaurante italiano del Marriott, donde comieron muy bien. Yo mientras tanto dormí muy a gusto. Por la noche, antes de irme a la cama, me he vuelto a dar un baño. Creo que papá ya es capaz de cogerme mejor y yo tengo un poco menos de miedo, así que ya no lloro tanto y lo podemos hacer todo mucho más rápido.
Friday, July 24, 2009
Primera semana en casa
Hace ya algunos días que no escribo nada. Ha sido una semana bastante intensa, comiendo cada vez más y acostumbrándome a dormir un poco más largo cada noche.
El martes papá fue con la abuelita a recoger mi certificado de nacimiento: mi primer documento oficial, parece un diploma. En realidad son dos documentos, pues tengo una versión del certificado en árabe y otra en inglés.
Por la tarde, cuando yo ya había cumplido una semana de nacido, vinieron a casa a visitarnos Charbel y Carolina. Me trajeron una sudadera de regalo muy bonita, pero lo mejor de todo es que ellos también van a tener un bebé muy pronto: se va a llamar Nicolas y espero que seamos buenos amigos.
Ayer fuimos al American Hospital para mi examen rutinario con el pediatra. Esta vez vimos a una señora, la doctora Sanchita. Me encontró bien, todo normal: estoy pesando 3.025 gramos y mi cabeza mide ya 35 cm. Además, respondió a muchas de las dudas que tenían mis papás. De vuelta a casa, otra vez el largo viaje en coche... ¡y es que realmente hace calor en esta ciudad!
Al final de la tarde, fui con papá y la abuelita hasta la farmacia para comprar la leche de fórmula que la doctora recomendó que empezara a tomar combinada con la leche materna. De camino, estrenando el cochecito que me regalaron mis abuelos, paramos en unas fuentes muy divertidas donde los niños juegan y se bañan. Espero poder caminar pronto para ir también allí a jugar con mis papás y con los demás niños.
Hoy ya cumplo mi primera semana en casa. Me encuentro muy a gusto y estoy empezando a dormir y comer mejor. Ahora que he probado el biberón, esa leche también me gusta y estoy seguro que le va a hacer la vida más fácil a mis papás, sobre todo cuando salgamos de casa.
Esta tarde vinieron a verme Violeta y sus hijos, Roberto y Simón. Lo pasamos muy bien, ellos jugaron, me cargaron y también me trajeron ropa de regalo. Creo que hay unas fotos muy divertidas con ellos.
Me gusta saber que voy a tener tantos amigos.
El martes papá fue con la abuelita a recoger mi certificado de nacimiento: mi primer documento oficial, parece un diploma. En realidad son dos documentos, pues tengo una versión del certificado en árabe y otra en inglés.
Por la tarde, cuando yo ya había cumplido una semana de nacido, vinieron a casa a visitarnos Charbel y Carolina. Me trajeron una sudadera de regalo muy bonita, pero lo mejor de todo es que ellos también van a tener un bebé muy pronto: se va a llamar Nicolas y espero que seamos buenos amigos.
Ayer fuimos al American Hospital para mi examen rutinario con el pediatra. Esta vez vimos a una señora, la doctora Sanchita. Me encontró bien, todo normal: estoy pesando 3.025 gramos y mi cabeza mide ya 35 cm. Además, respondió a muchas de las dudas que tenían mis papás. De vuelta a casa, otra vez el largo viaje en coche... ¡y es que realmente hace calor en esta ciudad!
Al final de la tarde, fui con papá y la abuelita hasta la farmacia para comprar la leche de fórmula que la doctora recomendó que empezara a tomar combinada con la leche materna. De camino, estrenando el cochecito que me regalaron mis abuelos, paramos en unas fuentes muy divertidas donde los niños juegan y se bañan. Espero poder caminar pronto para ir también allí a jugar con mis papás y con los demás niños.
Hoy ya cumplo mi primera semana en casa. Me encuentro muy a gusto y estoy empezando a dormir y comer mejor. Ahora que he probado el biberón, esa leche también me gusta y estoy seguro que le va a hacer la vida más fácil a mis papás, sobre todo cuando salgamos de casa.
Esta tarde vinieron a verme Violeta y sus hijos, Roberto y Simón. Lo pasamos muy bien, ellos jugaron, me cargaron y también me trajeron ropa de regalo. Creo que hay unas fotos muy divertidas con ellos.
Me gusta saber que voy a tener tantos amigos.
Monday, July 20, 2009
Primer baño en casa, y sin cordón
Ayer, domingo, fue día festivo en Dubai y estuvimos tranquilos en casa, sin hacer nada particular.
Esta mañana al levantarme he estado tomando un poco el sol por la ventana. Temprano, porque después empieza a hacer mucho calor.
Por la tarde, después de almuerzo, les he dado una sorpresa a todos porque después de sólo 6 días, se me he caído el trozo de cordón umbilical que me dejaron pinzado cuando nací. Dice mamá que me va a quedar un ombligo muy bonito, ¡ya veremos!
Por la noche, mi mamá me dio el primer baño en casa. Como aún soy pequeño y muy inquieto, y por la altura de la bañera, a mamá le resulta algo incómodo; sinceramente, a mí también. Sin embargo, yo no conseguía quedarme quieto, para habérselo puesto un poco más fácil a ella. Papá grabó un vídeo del baño, viéndolo después la verdad es que resulta divertido.
Después de unos cuantos gritos, entre todos me secaron, me vistieron y mamá me peinó. Y así, sintiéndome limpio y fresco, me voy ahora a dormir profundo.
Esta mañana al levantarme he estado tomando un poco el sol por la ventana. Temprano, porque después empieza a hacer mucho calor.
Por la tarde, después de almuerzo, les he dado una sorpresa a todos porque después de sólo 6 días, se me he caído el trozo de cordón umbilical que me dejaron pinzado cuando nací. Dice mamá que me va a quedar un ombligo muy bonito, ¡ya veremos!
Por la noche, mi mamá me dio el primer baño en casa. Como aún soy pequeño y muy inquieto, y por la altura de la bañera, a mamá le resulta algo incómodo; sinceramente, a mí también. Sin embargo, yo no conseguía quedarme quieto, para habérselo puesto un poco más fácil a ella. Papá grabó un vídeo del baño, viéndolo después la verdad es que resulta divertido.
Después de unos cuantos gritos, entre todos me secaron, me vistieron y mamá me peinó. Y así, sintiéndome limpio y fresco, me voy ahora a dormir profundo.
Saturday, July 18, 2009
Amanecer en casa
Mi primera noche en casa fue buena; me desperté varias veces para comer, pero no he llorado mucho. Todos estamos un poco nerviosos por tener que organizarnos por nuestra cuenta, sin toda la ayuda de las enfermeras del hospital, pero creo que no nos ha ido mal.
Hoy también he visto por primera vez el amanecer desde mi casa: por los ventanales entra mucha luz y me gusta la vista que tenemos.
Hoy papá salió pronto de casa para ir a hacer el trámite de mi certificado de nacimiento: es un documento que necesito con cierta urgencia para poder sacar mi pasaporte y a partir de entonces solicitar mi visado de residencia en Dubai. Si no lo hago en estos primeros meses, seré un ilegal en este país.
Por la tarde fui con mis papás a la clínica de la doctora Leila para que examinara a mi mamá. Yo estaba incómodo, con hambre y no me dejaban comer lo suficiente nunca, así que me puse a llorar para protestar. En fin, lo importante es que la doctora le dijo a mamá que se encuentra muy bien, pero le pidió que guarde reposo, que no salga a la calle y que en casa no haga ningún esfuerzo.
Yo, para ayudarla en su recuperación, voy a intentar portarme muy bien para que ella pueda estar tranquila.
Hoy también he visto por primera vez el amanecer desde mi casa: por los ventanales entra mucha luz y me gusta la vista que tenemos.
Hoy papá salió pronto de casa para ir a hacer el trámite de mi certificado de nacimiento: es un documento que necesito con cierta urgencia para poder sacar mi pasaporte y a partir de entonces solicitar mi visado de residencia en Dubai. Si no lo hago en estos primeros meses, seré un ilegal en este país.
Por la tarde fui con mis papás a la clínica de la doctora Leila para que examinara a mi mamá. Yo estaba incómodo, con hambre y no me dejaban comer lo suficiente nunca, así que me puse a llorar para protestar. En fin, lo importante es que la doctora le dijo a mamá que se encuentra muy bien, pero le pidió que guarde reposo, que no salga a la calle y que en casa no haga ningún esfuerzo.
Yo, para ayudarla en su recuperación, voy a intentar portarme muy bien para que ella pueda estar tranquila.
Friday, July 17, 2009
Mi llegada a casa
Anoche creo que estuve mucho más tranquilo. Comí mucho y dormí bastante. Incluso, cuando mis papás me cambiaron el pañal, prácticamente no lloré, solo di un pequeño grito al final. Nos despertamos temprano, en cuanto trajeron en desayuno para mamá. Después, volví a ir a ver al pediatra quien, al comprobar que todo sigue estando perfecto, me dio permiso para irme a mi casa con mamá, después de que ayer la doctora Leila le dijera a ella que, si así lo prefería, estaba ya en condiciones de marcharse a casa.
Pasamos la mañana organizando la maleta, entendiendo todas las medicinas que mamá deberá seguir tomando y los cuidados que deberá tener, y cumpliendo con los trámites para la salida del hospital. Tanto lío me abrió el apetito, y como decían que teníamos que hacer un viaje largo, yo preferí comer antes de salir. Así, la salida de nuestra habitación se retrasó casi hasta medio día.
Para el viaje, mis papás me sentaron en una silla extraña y aparatosa, en la que voy encajonado y amarrado. Creo que es cómoda, pero mi papa tendrá que practicar más para acomodarme rápido y sin molestias. Bajamos a la calle y mis papás tardaron bastante en ser capaces de acomodar mi silla en el coche… eso no puede seguir así, porque con el calor y la humedad que hace en la calle, me podría hacer daño. Finalmente arrancamos, pusieron una música agradable, versiones de clásicos para niños, que llevo oyendo dentro de mamá desde hace meses, y que dicen que me regaló mi tía Ana Lucía.
El paseo en coche me gustó; aunque no podía ver mucho por las ventanas, iba comodo y el movimiento en la carretera resulta divertido. Pero el viaje me pareció algo largo y, después de 15 minutos, yo ya no podía creerle a mi mamá que ya estábamos a punto de llegar, así que empecé a llorar.
Cuando llegamos, el sitio me pareció extraño. De repente hacía mucho calor al bajar del coche, pero entramos inmediatamente al vestíbulo y ahí en cambio hacia frío. Nos metimos en una caja que subió muy rápido hasta el piso 27, que es donde vivimos. Cuando abrimos la puerta, ahí estaban la abuelita Pilar y la tía Ana Lucía. Me recibieron con mucho cariño y alegría. También habían cocinado el almuerzo para mis papás. Mi mamá, sobre todo, tenía mucha hambre. Primero comí yo, que para algo sigo siendo el protagonista, y después, mientras yo dormía la siesta, los demás se sentaron a almorzar algo más tarde de lo habitual.
Mi casa me gusta, tengo una cuna pequeña con colores muy bonitos y animales dibujados. Además, tiene una especie de toldo que me protege de la luz, pero también del aire acondicionado cuando lo ponen para refrescar un poco la casa. Pero lo que más me ha gustado hasta ahora es que aquí puedo estar conectado a Internet y así puedo hablar con el resto de la familia que vive lejos en cualquier momento. Hoy, por ejemplo, mi abuela Gisele –que vive en Bogotá- pudo al fin verme comer, dormir, llorar y creo que incluso sonreir. Tambien me vio un rato mi abuelo Luis Fernando, el de Madrid, que no pudo venir a conocerme en esta ocasión pero que prometió venir muy pronto a jugar conmigo. Y luego, cuando yo ya estaba muy cansado, también me vio mi tía Patricia.
Como pueden ver, ha sido un día muy largo y muy emocionante: me ha conocido parte de mi familia y me he instalado en mi casa. Estoy cansado, pero muy contento. Espero que esta noche pueda dormir bien.
¡Hasta mañana!
Pasamos la mañana organizando la maleta, entendiendo todas las medicinas que mamá deberá seguir tomando y los cuidados que deberá tener, y cumpliendo con los trámites para la salida del hospital. Tanto lío me abrió el apetito, y como decían que teníamos que hacer un viaje largo, yo preferí comer antes de salir. Así, la salida de nuestra habitación se retrasó casi hasta medio día.
Para el viaje, mis papás me sentaron en una silla extraña y aparatosa, en la que voy encajonado y amarrado. Creo que es cómoda, pero mi papa tendrá que practicar más para acomodarme rápido y sin molestias. Bajamos a la calle y mis papás tardaron bastante en ser capaces de acomodar mi silla en el coche… eso no puede seguir así, porque con el calor y la humedad que hace en la calle, me podría hacer daño. Finalmente arrancamos, pusieron una música agradable, versiones de clásicos para niños, que llevo oyendo dentro de mamá desde hace meses, y que dicen que me regaló mi tía Ana Lucía.
El paseo en coche me gustó; aunque no podía ver mucho por las ventanas, iba comodo y el movimiento en la carretera resulta divertido. Pero el viaje me pareció algo largo y, después de 15 minutos, yo ya no podía creerle a mi mamá que ya estábamos a punto de llegar, así que empecé a llorar.
Cuando llegamos, el sitio me pareció extraño. De repente hacía mucho calor al bajar del coche, pero entramos inmediatamente al vestíbulo y ahí en cambio hacia frío. Nos metimos en una caja que subió muy rápido hasta el piso 27, que es donde vivimos. Cuando abrimos la puerta, ahí estaban la abuelita Pilar y la tía Ana Lucía. Me recibieron con mucho cariño y alegría. También habían cocinado el almuerzo para mis papás. Mi mamá, sobre todo, tenía mucha hambre. Primero comí yo, que para algo sigo siendo el protagonista, y después, mientras yo dormía la siesta, los demás se sentaron a almorzar algo más tarde de lo habitual.
Mi casa me gusta, tengo una cuna pequeña con colores muy bonitos y animales dibujados. Además, tiene una especie de toldo que me protege de la luz, pero también del aire acondicionado cuando lo ponen para refrescar un poco la casa. Pero lo que más me ha gustado hasta ahora es que aquí puedo estar conectado a Internet y así puedo hablar con el resto de la familia que vive lejos en cualquier momento. Hoy, por ejemplo, mi abuela Gisele –que vive en Bogotá- pudo al fin verme comer, dormir, llorar y creo que incluso sonreir. Tambien me vio un rato mi abuelo Luis Fernando, el de Madrid, que no pudo venir a conocerme en esta ocasión pero que prometió venir muy pronto a jugar conmigo. Y luego, cuando yo ya estaba muy cansado, también me vio mi tía Patricia.
Como pueden ver, ha sido un día muy largo y muy emocionante: me ha conocido parte de mi familia y me he instalado en mi casa. Estoy cansado, pero muy contento. Espero que esta noche pueda dormir bien.
¡Hasta mañana!
Thursday, July 16, 2009
Tercer día, me siento mejor
Anoche no pasé una muy buena noche. Supongo que tanto tiempo sin comer y tanto esfuerzo ayer me han dejado agotado y molesto. De cualquier modo, ahora como mejor y eso hace que estemos todos muy tranquilos.
Como papá fue a descansar a casa, mi tía tuvo que pasar toda la noche cuidando de mí. No sabía como demostrarle mi agradecimiento porque estuviera ayudando a mamá a cuidar de mí, así que lo único que se me ocurrió fue hacerle una broma: cuando me estaba cambiando el pañal, me quedé quieto y de repente, para sorprenderla, empecé a hacer pipí… salía un chorrito para todos lados, y resultó muy divertido. Yo creo que a mi tía también le gusto porque no podía parar de reir.
Papá y la abuelita llegaron alrededor de las 10 am. El resto de la mañana fue tranquila, un día normal. Me están haciendo muchas fotos porque parece que toda la gente, desde todos los rincones del mundo, están pidiendo que compartan fotos mías para que puedan comprobar lo guapo y machote que soy.
Después de almuerzo, volví con mis papás al cuarto donde el primer día me limpiaron y vistieron. No se por qué, pero creo que me asusté y empecé a gritar y a llorar con mucha fuerza. Papá no conseguía calmarme, y mamá se puso muy nerviosa pensando que me pudiera pasar algo. Cuando estaba un poco más tranquilo, me entregaron a una enfermera que me quitó toda la ropa, me empezó a restregar con copitos de algodón y luego me tiró a la bañera, echándome agua por todas parte y unos jabones en la cabeza y por el cuerpo. Fue rápido, pero no sabía lo que estaba pasando.
Sólo un rato después, cuando terminaron de vestirme, me calmé y entonces me di cuenta de que lo que había ocurrido es que acababa de tomar mi primer baño, y por eso tenía un olor agradable y me sentía muy fresco. Es una sensación muy agradable que me produjo ganas de echarme una buena siesta el resto de la tarde.
Como papá fue a descansar a casa, mi tía tuvo que pasar toda la noche cuidando de mí. No sabía como demostrarle mi agradecimiento porque estuviera ayudando a mamá a cuidar de mí, así que lo único que se me ocurrió fue hacerle una broma: cuando me estaba cambiando el pañal, me quedé quieto y de repente, para sorprenderla, empecé a hacer pipí… salía un chorrito para todos lados, y resultó muy divertido. Yo creo que a mi tía también le gusto porque no podía parar de reir.
Papá y la abuelita llegaron alrededor de las 10 am. El resto de la mañana fue tranquila, un día normal. Me están haciendo muchas fotos porque parece que toda la gente, desde todos los rincones del mundo, están pidiendo que compartan fotos mías para que puedan comprobar lo guapo y machote que soy.
Después de almuerzo, volví con mis papás al cuarto donde el primer día me limpiaron y vistieron. No se por qué, pero creo que me asusté y empecé a gritar y a llorar con mucha fuerza. Papá no conseguía calmarme, y mamá se puso muy nerviosa pensando que me pudiera pasar algo. Cuando estaba un poco más tranquilo, me entregaron a una enfermera que me quitó toda la ropa, me empezó a restregar con copitos de algodón y luego me tiró a la bañera, echándome agua por todas parte y unos jabones en la cabeza y por el cuerpo. Fue rápido, pero no sabía lo que estaba pasando.
Sólo un rato después, cuando terminaron de vestirme, me calmé y entonces me di cuenta de que lo que había ocurrido es que acababa de tomar mi primer baño, y por eso tenía un olor agradable y me sentía muy fresco. Es una sensación muy agradable que me produjo ganas de echarme una buena siesta el resto de la tarde.
Wednesday, July 15, 2009
Mi segundo día: muy largo y muy duro
Pues sí, efectivamente mis papás han pasado una noche muy dura. Lo puedo ver en sus caras, están agotados. Yo, a lo mío… dormir, comer y llorar para que se enteren de que quiero que me cambien el pañal. No lo hicieron del todo mal, pero todavía no he conseguido comer con facilidad.
Hoy por la mañana una enfermera me llevó a ver al pediatra. Es un señor mayor muy simpático con bigote, y me estuvo examinando un rato. No me gustó, sin embargo, que me dio dos pinchazos. En la pierna me inyectaron la vacuna contra la hepatitis B y en brazo una muy rara que se llama "BCG" y que me va a dar diferentes reacciones durante los próximos meses. A pesar del dolor, perdoné al señor pediatra, porque sobre el pinchazo me puso unas tiritas muy divertidas, rojas y con dibujos de ositos. Además, un rato después fue a la habitación a visitar a mis papás y les dijo que me encuentro perfectamente, que soy un niño muy sano. Mi papá después me contó que soy tan saludable porque mi mamá durante sus meses de embarazo ha tenido una gran voluntad y responsabilidad, se ha cuidado mucho con la alimentación y, a pesar de los dolores e incomodidades, ha hecho ejercicio regularmente.
A medio día vino la doctora de mi mamá, la examinó y le hizo las curaciones oportunas, y le dijo que todo va bastante bien.
El resto del día he estado bastante inquieto. Mi barriga ha estado muy activa, pero me ha costado mucho trabajo comer. Pobre mi mamá, se estaba poniendo nerviosa; yo también me estaba empezando a enfadar y claro, eso hacia mas difícil que pudiera hacer las cosas bien. Al final de la tarde, vino una enfermera muy paciente y pasó un monton de tiempo con nosotros, enseñándonos diferentes formas para que mi mamá me pueda dar de comer con facilidad. Nos costó mucho, pero al final creo que aprendí… ahora, para recuperar todo lo que no he comido durante el día y para practicar la técnica de succión voy a pedir de comer cada vez que me despierte.
Mi papá, que ayer prácticamente no durmió, se va a casa con mi abuelita a descansar un poco. Esta noche me voy a quedar con mi mamá y mi tía. Yo también estoy muy cansado, espero que mañana no sea un día tan duro.
Hoy por la mañana una enfermera me llevó a ver al pediatra. Es un señor mayor muy simpático con bigote, y me estuvo examinando un rato. No me gustó, sin embargo, que me dio dos pinchazos. En la pierna me inyectaron la vacuna contra la hepatitis B y en brazo una muy rara que se llama "BCG" y que me va a dar diferentes reacciones durante los próximos meses. A pesar del dolor, perdoné al señor pediatra, porque sobre el pinchazo me puso unas tiritas muy divertidas, rojas y con dibujos de ositos. Además, un rato después fue a la habitación a visitar a mis papás y les dijo que me encuentro perfectamente, que soy un niño muy sano. Mi papá después me contó que soy tan saludable porque mi mamá durante sus meses de embarazo ha tenido una gran voluntad y responsabilidad, se ha cuidado mucho con la alimentación y, a pesar de los dolores e incomodidades, ha hecho ejercicio regularmente.
A medio día vino la doctora de mi mamá, la examinó y le hizo las curaciones oportunas, y le dijo que todo va bastante bien.
El resto del día he estado bastante inquieto. Mi barriga ha estado muy activa, pero me ha costado mucho trabajo comer. Pobre mi mamá, se estaba poniendo nerviosa; yo también me estaba empezando a enfadar y claro, eso hacia mas difícil que pudiera hacer las cosas bien. Al final de la tarde, vino una enfermera muy paciente y pasó un monton de tiempo con nosotros, enseñándonos diferentes formas para que mi mamá me pueda dar de comer con facilidad. Nos costó mucho, pero al final creo que aprendí… ahora, para recuperar todo lo que no he comido durante el día y para practicar la técnica de succión voy a pedir de comer cada vez que me despierte.
Mi papá, que ayer prácticamente no durmió, se va a casa con mi abuelita a descansar un poco. Esta noche me voy a quedar con mi mamá y mi tía. Yo también estoy muy cansado, espero que mañana no sea un día tan duro.
Tuesday, July 14, 2009
Hoy he nacido
Dubai, Emiratos Árabes Unidos.
14 de julio de 2009
Hoy, a las 3:01 PM, nací en Dubai, en el American Hospital. Mi mamá, que me ha cuidado mucho durante los pasados nueve meses, se ha portado muy bien, ha sido muy fuerte, y hemos tenido una cirugía perfecta. Mi papá al final, y talvez más porque todo fue tan rápido que por valiente, terminó entrando en la sala de parto para acompañar a mamá, para conocerme desde el primer minuto y para estar a mi lado mientras mi mamá se recuperaba.
Pesé 3.150 gramos y medí 52 centimetros. Cuando apenas acababa de dar el primer llanto, por fin me llevaron al lado de mamá para que me diera mi primer beso. No supe qué decirle, solo podía mirarla y hacer muecas para intentar demostrale cuánto la quiero y para darle las gracias por haberme regalado la vida.
Después de unos minutos, una señora me pinchó con una aguja, creo que era vitamina K, que dicen que es buena no sé para qué, y me echó una crema en los ojos con la que me veía como un boxeador después de un duro combate. Volví a ciegas a darle otro beso a mamá y luego me fui con papá para que me mantuvieran en calor, me limpiaran y me vistieran. Mientras ocurría todo esto, desde el otro lado de la ventana me miraban mi abuelita Pilar y mi tía Ana Lucia, que han venido desde muy lejos para conocerme y para ayudar a mi mamá durante estas primeras semanas.
En esa sala estuvimos una media hora y, mientras esperábamos para ir a la habitación, mi papá estuvo cuidándome. El pobre, bastante torpe; pero después de un par de minutos por fin encontró una posición en la que yo estuviera comodo. Entonces, estuvimos conversando un rato y me estuvo contando todo el trabajo que mamá ha hecho para que yo pueda estar aquí, sano, hermoso y con muchas ganas de vivir. Yo, ya vestido para la ocasión, no podía esperar más para ir a conocerla en condiciones y sentir cómo ella me abrazaba.
Por fin llego el momento de ir a nuestra habitación, la 202, al final del pasillo. Ahí estaba mi mamá, y al verla pensé que mi papá, aunque me contó lo guapa que era, no había sido capaz de transmitirme toda su belleza. Desde esa primera mirada me di cuenta de ese amor infinito que ella siente por mí. Del resto del día sólo recuerdo que dormí mucho tiempo, y que en varios momentos, al no saber lo que estaba sintiendo, tan sólo podía llorar para atraer la atención de mis papás. Vimos el atardecer desde la ventana: aunque estaba brumoso, me sorprendió y me gustó ver lo grande que se ve el sol del desierto.
Ya muy tarde, mi tía y mi abuelita se fueron a casa. Me quedé solo con mis papás; yo no tengo conciencia aún del día y la noche, pero para ellos esta primera noche a solas conmigo imagino que acabará siendo muy larga, agotadora.
14 de julio de 2009
Hoy, a las 3:01 PM, nací en Dubai, en el American Hospital. Mi mamá, que me ha cuidado mucho durante los pasados nueve meses, se ha portado muy bien, ha sido muy fuerte, y hemos tenido una cirugía perfecta. Mi papá al final, y talvez más porque todo fue tan rápido que por valiente, terminó entrando en la sala de parto para acompañar a mamá, para conocerme desde el primer minuto y para estar a mi lado mientras mi mamá se recuperaba.
Pesé 3.150 gramos y medí 52 centimetros. Cuando apenas acababa de dar el primer llanto, por fin me llevaron al lado de mamá para que me diera mi primer beso. No supe qué decirle, solo podía mirarla y hacer muecas para intentar demostrale cuánto la quiero y para darle las gracias por haberme regalado la vida.
Después de unos minutos, una señora me pinchó con una aguja, creo que era vitamina K, que dicen que es buena no sé para qué, y me echó una crema en los ojos con la que me veía como un boxeador después de un duro combate. Volví a ciegas a darle otro beso a mamá y luego me fui con papá para que me mantuvieran en calor, me limpiaran y me vistieran. Mientras ocurría todo esto, desde el otro lado de la ventana me miraban mi abuelita Pilar y mi tía Ana Lucia, que han venido desde muy lejos para conocerme y para ayudar a mi mamá durante estas primeras semanas.
En esa sala estuvimos una media hora y, mientras esperábamos para ir a la habitación, mi papá estuvo cuidándome. El pobre, bastante torpe; pero después de un par de minutos por fin encontró una posición en la que yo estuviera comodo. Entonces, estuvimos conversando un rato y me estuvo contando todo el trabajo que mamá ha hecho para que yo pueda estar aquí, sano, hermoso y con muchas ganas de vivir. Yo, ya vestido para la ocasión, no podía esperar más para ir a conocerla en condiciones y sentir cómo ella me abrazaba.
Por fin llego el momento de ir a nuestra habitación, la 202, al final del pasillo. Ahí estaba mi mamá, y al verla pensé que mi papá, aunque me contó lo guapa que era, no había sido capaz de transmitirme toda su belleza. Desde esa primera mirada me di cuenta de ese amor infinito que ella siente por mí. Del resto del día sólo recuerdo que dormí mucho tiempo, y que en varios momentos, al no saber lo que estaba sintiendo, tan sólo podía llorar para atraer la atención de mis papás. Vimos el atardecer desde la ventana: aunque estaba brumoso, me sorprendió y me gustó ver lo grande que se ve el sol del desierto.
Ya muy tarde, mi tía y mi abuelita se fueron a casa. Me quedé solo con mis papás; yo no tengo conciencia aún del día y la noche, pero para ellos esta primera noche a solas conmigo imagino que acabará siendo muy larga, agotadora.
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